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martes, 2 de abril de 2013

ENTREVISTA EN LARROUDE A HÉROE DE MALVINAS
NACIONALES


ESTE ES UN HOMENAJE A TODOS LOS VETERANOS Y CAÍDOS EN MALVINAS AL RECORDARSE HOY MARTES 2 DE ABRIL DE 2013


“UNA DE LAS COSAS QUE NO PODRE OLVIDAR, SERÁN LOS 

GRITOS DE MIS CAMARADAS QUE PRESINTIENDO SU FINAL 

VIVABAN A LA PATRIA Y NOS PEDÍAN QUE LOS 

RECORDÁRAMOS DE POR VIDA”

Con estas emocionadas palabras el veterano de guerra Abel Novillo de la ciudad de General Pico y de visita por nuestra redacción de corresponsalía, recordó lo que le tocó vivir y narra los hechos acaecidos





Mucho es lo que se ha escrito sobre la epopeya de Malvinas en el País y en el mundo, cuando la Junta militar encabezada por el Presidente Leopoldo F. Galtieri impulsó que las Fuerza Armadas Argentinas, desembarcaran en las Islas en aquel recordado 2 de Abril de 1982. Los análisis del porqué de esta actitud que emanaron de aquella contienda, quedan en manos de analistas  e historiadores  para reflotar respuestas a tantos interrogantes. La intención de esta nota quizá está signada por la casualidad, ya que por estos días se está recordando aquella gesta, uno de los sobrevivientes del Crucero General Belgrano, que por razones de visitar un amigo residente en el medio, este último, hizo el nexo con este cronista que por supuesto y espontáneamente me pareció una excelente idea de plasmar en una crónica todas las vivencias que experimentó en las heladas aguas del Atlántico, a bordo de una balsa sobrecargada de camaradas desfallecientes y algunos heridos soportaron los embates de gigantescas olas que amenazaron durante las 48 horas en que navegaron a la deriva. La curiosidad periodística me llevó a darle un perfil humano, porque no todos los días se tiene la versión de alguien que fue protagonista, porque quería saber hasta adonde llega el límite de supervivencia de un soldado, sin comida, ni agua, si la fe resulto fundamental para no claudicar, como fueron los primeros momentos y los sucesivos para sobrevivir hasta la llegada al continente. En resumen, creo no equivocarme, estamos frente a un segmento de una historia de vida, léala y sepa de los horrores que contiene una guerra: “Soy Abel Novillo, oriundo de General Pico, en la época de Malvinas estuve a bordo del Crucero General Belgrano, es una historia que se ha mantenido en el tiempo y se ha cosechado en lograr que se tome conciencia, se mantenga viva la llama de Malvinas en un trabajo muy arduo desde el 82 y a través de los mismos veteranos de guerra. Hablar de cuestiones políticas o de estadísticas creo que les corresponde a otros, en lo que concierne a mí, es hablar de lo que viví en la guerra, lo que me pareció y por eso es que estoy en esta redacción comentando la experiencia, porque es una causa en que nosotros entramos en la historia del país  y donde lamentablemente hubo muchos muertos que en definitiva son los verdaderos héroes. Una de las cosas que no podré olvidar serán los gritos de mis camaradas que sabiendo su final, vivaban a la Patria y nos pedían que los recordáramos de por vida, por eso a partir de ese momento y hasta ahora hemos hecho una ardua labor de concientización, mucha docencia, nunca hemos dejado de realizar un acto por recordarlos. Fueron  muy difícil los primeros años, porque en cada recordatorio estábamos nosotros solos, a llegar a lograr un feriado nacional, donde las escuelas y las instituciones  nos siguen llamando para charlas donde participan alumnos desde 1er grado, docentes, institutos superiores de gente adulta, lo hacemos a través del Centro de Veteranos “Alberto  Amesgaray” al cual pertenezco, en memoria del soldado fallecido en el hundimiento del Crucero. Con respecto a mí, le comento que estaba prestando servicios en el buque desde Enero de 1982 como mecánico de armas, previamente hicimos una navegación que se decía la última, ni indicios de que iba a haber una guerra, así fuimos hasta Ushuaia, recorrimos toda la costa del sur argentino y llegamos Punta del Este, allí se rompieron tres de los cuatro motores, por lo tanto emprendimos el regreso con el único impulsor que funcionaba, donde amarramos en Puerto Belgrano, el objetivo estaba signado a que se lo iba a destinar como buque de instrucción o museo. Por ese entonces era ya Comandante del Buque el Capitán de Navío Héctor Elías Bonzo, hacia él todos tenemos un  recuerdo muy profundo, ya que se trató de un ser especial, profesional de fuste y un ser humano único, al momento del hundimiento le tuvieron que pegar y desmayar para bajarlo del barco, porque se quería hundir con el abrazado al pabellón nacional. Retomando, se comenzó a reparar el Crucero y cuando estaba prácticamente listo, estalló el conflicto, rápidamente se lo empezó a equipar con todo lo necesario para tener una larga navegación; nosotros partimos mar adentro el viernes 16 de Abril, el 1º de Mayo llegamos hasta cerca de la zona de exclusión demarcada por los Ingleses, se respetó hasta cierto punto, hasta que llegara la orden de atacar, había que recuperar las Islas, para eso estábamos, en esa fecha hubo  una mediación de Paz , a través de Pérez de Cuellar, en el cual se estaba próximo a la firma de un tratado, donde los Argentinos teníamos que deponer cierta actitud, incluida la presencia del Crucero, algo realmente imponente de 200 metros de largo con 1093 tripulantes a bordo, prácticamente un pueblo, dotado de un poder de fuego importante, con cañones de largo alcance, cañones antiaéreos y misiles, la única ventaja que daba era que no tenía un sistema de defensa contra submarinos”. ¿Se dijo mucho por ahí que el ataque fue tomado por los ingleses para causar un efecto psicológico dentro de las fuerzas armadas, que hay de eso? “El día 2 de Mayo el comandante da la orden de virar la dirección y abandonar la zona bélica, se nos comunica que íbamos a retirarnos hasta Ushuaia , hasta tanto las negociaciones finalizaran, Por su parte los Ingleses no estaban cómodos en el teatro de operaciones, ellos venían de una zona climatológica y de un mar totalmente distinto a lo que estaban soportando, con temperaturas de agua de -10º, olas de 5 a 8 metros de altura y eso los desmoralizaba, por lo tanto había que darles una razón, buscaron al portaaviones argentino que estaba navegando por esa zona también, pero por la misma situación se retiró un día antes y no lo ubicaron, mientras que nosotros navegábamos escoltados por los destructores Comandante Piedra Buena y el Bouchard. El día fatídico yo me encontraba de guardia casi en cubierta y a las 3,45 me tenían que relevar, a las 3,55 explota el primer torpedo y a continuación el segundo y un tercero pasó de largo, ahí el barco prácticamente comenzó a hundirse. Posterior a la explosión la fuerza del impacto nos levantó por el aire, las planchas inferiores del buque eran paredes de acero, las rompió, quemó, quebró y perforó, fue tal el fenómeno que a la falsa proa la arrancó por completo. Los que estaban en el subsuelo tuvieron la sensación que el piso se ponía incandescente, blanco, a medida que el misil iba perforando y explotando en las entrañas del barco. Se cortó la luz, el hundimiento era inminente, rápidamente y es loable decir que muchos camaradas se sacrificaron para que nosotros estemos vivos, había gente que se desempeñaban como control avería por ejemplo, eran los que andaban con soldadoras y picos, debajo eran todos compartimentos para salir de uno hacia otro, había un agujero de tamaño reducido que tenían una tapa o compuerta, la orden era que cuando el agua empezaba a salir por ese orificio había que cerrarlas para que pudieran subir los más lentos posibles, para que nos diera tiempo a todos los que estábamos bien a correr y desatar las balsas; como estaba todo oscuro, el mar se metió adentro del casco junto al petróleo existente, como las escaleras estaban destrozadas había que esperar que el nivel de agua subiera y el que embocaba el agujero se salvaba y el que no quedaba y se ahogaba. Recuerdo que muchos gritaban ¡por favor sálvennos...viva la Patria...recuérdenos...morimos por la Patria!, entonces cuando el agua comenzaba a ingresar al compartimento siguiente, el último que había traspasado cerraba la escotilla, muchos quedaban vivos. El Belgrano tardó una hora en hundirse, eso permitió que muchos de los que estábamos buscando las balsas, pudiéramos salvarnos” ¿Cómo se arrojaron a las mismas? “El barco estaba inclinado hacia un lado y en esa dirección soplaba un viento de 70 a 80 kms  con una fuerza descomunal, no obstante las balsas se quedaban quietas apoyadas en la quilla y eso no nos permitía despegarnos, corríamos el riesgo de ser aplastados por la mole de acero, la capacidad de tripulantes será de 20 pero subimos 32   con un sobrepeso total, los que mejor estábamos de salud nos ubicamos al borde y comenzamos a remar pero como la embarcación  era circular, girábamos sobre sí, hasta que sobrevino el momento crucial del hundimiento del Belgrano, que provoca un efecto tirabuzón que arrastra consigo todo lo que está alrededor. Entonces el segundo comandante Pedro Luis Galassi que estaba en el grupo empezó a gritar: ¡el que se quiera tirar que se tire...el que quiera rezar...rece... y el que quiera gritar morimos por la Patria...sabemos que lo hacemos por ella! ...no se tiró nadie, yo cerré los ojos, tuvimos la suerte que cuando el casco se hunde brota un borbollón de agua del embudo y nos levantó, pasamos por arriba del barco, luego nos juntamos unas 10 balsas y las atamos entre sí, pero el fuerte viento las desató y nos desparramamos por todos lados, como pudimos nos metimos debajo del techito y así pasamos los dos días que estuvimos a la deriva, también es importante destacar que jugó a favor de nuestra suerte es que anteriormente nos habían instruido arduamente en roles de evacuación y salvataje, esa experiencia ayudó de mucho.” ¿Tenían alguna mínima provisión de alimentos y agua? “Había algunas pero muy pocas, la ubicación de los tripulantes era: los mas enteros a la par del agua, otra fila sentados y al medio los quemados en un porcentaje del 70 a 80% de sus cuerpos, a ellos se les daba la comida y cuando el oleaje entraba a la balsa, el salitre producía un dolor espantoso en las quemaduras de los compañeros. Al mediodía vimos claramente un avión de la Armada sobrevolando nuestras cabezas, a la vez que agitaba sus alas hacia un lado y otro en señal de que nos habían ubicado; ¡todo era alegría, abrazos y gritos de emoción! Luego de la euforia nos tranquilizamos y el sueño comenzó a dominarnos, hasta que se impartió la orden del que se durmiera había que sacudirlo y hasta pegarle si era necesario para despertarlo nuevamente, para que tuviéramos autocontrol  sobre la lipotimia; hasta que se hizo nuevamente noche, claramente y en determinado momento se pudo apreciar dos luces potentes verde y roja sobre el mar , allá a lo lejos que iban cambiando de color, uno de los tripulantes que conocía el código de señales marítimas, nos dijo que se trataba de un barco que venía recogiendo gente, cuando estaba roja era porque detenía  su marcha y cuando verde avanzaba, era uno de los barcos que nos custodiaban y que había emprendido el regreso antes del hundimiento. A medida que nos iban subiendo nos íbamos desmayando por el brusco cambio de temperatura, entonces nos hacían pasar por distintos compartimentos para una recuperación paulatina, los primeros líquidos calientes que ingerimos nos provocó llagas dentro de la boca, producto de la desesperación de tomar algo con temperatura, dormíamos en los camastros de la tripulación y ellos en el suelo, nos protegieron mucho, con palabras de ánimo. Finalmente bajamos en Ushuaia y luego nos llevaron a Bahía Blanca, ahí me causa  mucho dolor que con el tiempo muchos muchachos se suicidaron, porque no se les dio la contención psicológica necesaria, pensar que éramos chicos de 18 y 19 años; volvíamos de algo que nosotros desconocíamos como lo era la guerra y ese dolor interno por la no atención hubiera evitado muchas muertes, pero ya no se puede volver hacia atrás, las cosas fueron cambiando de a poco, por suerte, por eso estamos y estaremos trabajando en las escuelas, en todos lados, por ejemplo: con la atención que me dispersaron en este semanario y en este momento, porque queremos estar presentes  por los que no están” ¿Su familia cuando toma conocimiento que estaba con vida? “No olvidemos que no había por entonces los medios de comunicación de hoy en día, no obstante, escuchaban todas las radios para saber, a los dos días siguientes se enteraron por unos compañeros de mi hermana que trabajaba en Entel Ushuaia y al aparecer en una lista de sobrevivientes, detectaron mi nombre y apellido, lo cual pusieron en conocimiento de inmediato a mis padres y al resto de la familia.” ¿Que se soporta más en la balsa el hambre o la sed? “Las dos cosas, porque uno en situación límite, no tiene hambre ni sed porque no sabes que va a pasar, se lo suplanta con el rezo para que nos encuentren, para que no se mueran los heridos ese deseo mitiga todo” ¿Una vez instalado en su casa rodeado de la familia, de los afectos, que pasa por la mente especialmente de noche? “Pasaron 29 años y en mi caso hay noches en que no se concilia el sueño, los recuerdos más recurrentes siempre que al Crucero lo encontraban, reflotaban, encontrábamos los cuerpos de los que se hundieron y estaban vivos, toda esa imaginación” ¿ Después de semejante experiencia, se toma otra dimensión sobre lo que es la vida? “Te cambia los valores, te hace vivir de otra manera, es como que se le da más valor a las simplezas de la vida, hacer las cosas más tranquilo, o sea ,sobre todo depende como queda uno de la cabeza, yo, por mucho tiempo somaticé cualquier dolor que me pasaba, cualquier problema con Malvinas, me lastimaba un dedo o erraba en alguna ecuación económica, malos negocios y...la culpa era de Malvinas, no me podía desprender y eso me llevó muchos años, porque tenía una pregunta sin respuestas, porque, si Dios me dio la posibilidad de estar vivo, porque tengo que sufrir tanto” ¿ Qué opinión le merece el papel que desempeño Chile durante el conflicto. “Yo estoy muy disconforme, desagradecido, enojado, mal, no se las perdono ni se las voy a perdonar, murió mucha gente por culpa de ellos, prestaron combustible, logística, armas, datos, para mí fue “ traición” y yo a la traición no la perdono” Esta es una cruda realidad que le tocó vivir a Novillo como a muchos, Piquense y Pampeano, héroe y veterano que camina por nuestras calles, de ahora en mas nuestros lectores tendrán una versión más de lo que fue aquella gesta, simplemente para tener memoria, porque allá en el sur argentino quedaron muchos chicos nuestros. Que no sea en vano  tantas pérdidas, ojala así lo quiera Dios.- RHM

(NdlR):Nota publicada en el Norte en Movimiento en la edición Nº 605 en abril de 2011.

  

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