LOCALIDADES
Exactamente el 19 de Febrero de 1911 fue fundada esta pujante localidad del norte pampeano, integrada a nuestra página a partir del último semestre de 2012. Por tal motivo, periódicamente vamos a ir reflejando segmentos de su historia modo de homenaje.
ACTOS CELEBRATORIOS
DÍA 19 DE FEBRERO DE 2013
09,00 horas- Concentración de autoridades y vecinos en la plaza pública.
Izamiento del pabellón nacional.
Palabras del Intendente Municipal Sr. Norberto Rodriguez.
20,00 horas Misa en la Capilla "María Auxiliadora".
SÁBADO 23 DE FEBRERO
Gran Baile Aniversario con conjunto musical de Realicó
El pueblo del norte de La Pampa, también conocido como Aguas Buenas, luchó
contra las adversidades.
Entrelazada por nomenclaturas, apellidos, oficios y puntos
diversos de la misma geografía, la historia de los pueblos del norte de La Pampa
impone vislumbrar un itinerario donde lo conocido troca en nuevos
descubrimientos. La verdad revelada está plagada de cuentos y leyendas, de
murmullos y chimentos que con minuciosa religiosidad son contados a lo largo de
los años. Todo, absolutamente todo marcado por el sino fundacional y
ferroviario. Cuando los rieles comenzaba a cruzar la pampa hacia la cordillera,
un caserío conformaba allá por 1901 el pueblo de Mariano Miró. Pasado el tiempo
ni las casas y ranchos, ni la herrería, la panadería, la zapatería, la
peluquería, la casa de ramos generales, dos fondas, una carnicería, la estación
y la escuela -custodiadas por un policía- convencieron a los dueños de la
estancia La Energía -la familia Santamarina- para lotear los terrenos cuyo
alquiler vencía en 1912.
Muy cerca, la empresa Th. Bracht y Cía. mensuró cuatro leguas cuadradas hacia
el Oeste y las convirtió en quintas y chacras primero; para que después, con el
estoicismo inadvertido de construir una epopeya personal, un puñado de primeros
pobladores, como prueba irrefutable de su condición de pioneros, marcará con un
arado de reja la traza urbana que aún perdura, tras sortear los pastos puna y
abrir los surcos entre las vizcacheras, en una tierra virgen de toda simiente,
pero que le dio al lugar un nombre sacado de las entrañas: Aguas Buenas.
Aquel 19 de febrero de 1911 fue crucial; de pronto, a esos campos medanosos
sosegados por lagunas, con montes que sombreaban de vez en cuando los tramos
recorridos, los invadió casi de manera literal el éxodo de Mariano Miró. Hasta
el número 52 de la Escuela se trajeron. Mientras que en el pueblo primigenio
quedaban dos o tres casas y otra escuela, Aguas Buenas crecía a puro trabajo de
labriegos y artesanos; daba su nombre a la estación en diciembre del mismo año y
habilitaba la Estafeta de Correos.
Inmigrantes que se radicaron en esa porción del territorio pampeano -en su
mayoría españoles e italianos; mas franceses, muchos árabes y varios
vascos-nutrieron de aromas y de sabores el aire lugareño, por el que siempre se
coló el humo leñoso de una parrillada. De a poco, la dispersión poblacional
tomaba forma, las casas ya eran de material y en 1921 la Gobernación designo a
los miembros de la primera Comisión de Fomento: Presidente Francisco Rodríguez,
secretario Segundo San Martin, tesorero Andres Idiart. Para octubre se había
inaugurado el cementerio y se dejaron de realizar los sepelios en las
localidades vecinas y en 1922 se construyó la Plaza pública Sarmiento, en el
mismo lugar donde se había fijado el punto central del pueblo.
Con tesón, hubo que superar la adversa condición del suelo y justo en la
década donde surgía la dicotomía de seguir o de entregarse, porque la sequía
expulsaba y generaba hambruna; otra vez primó el esfuerzo. Por decisión comunal,
en 1936 se removieron grandes parcelas de tierras con palas-buey, tiradas por
caballos, porque no existían maquinas viales, y los vecinos desandaron el erial
campesino para volverlo fecundo.
Hoy, la ruta nacional 188 contiene con los rieles al pueblo que por un
decreto nacional de 1944 tomó el nombre del Coronel Hilario Lagos y pertenece al
Departamento Chapaleufú, que corrobora con su significado de "río pantanoso" que
por estas latitudes, perviven sin rencores los signos inapelables de la gente de
la Tierra (aquella contra la que supo pelear Lagos) y que con su carácter actual
de Municipalidad, proyecta la consigna donde las mujeres y los hombres de toda
edad que conforman la estructura social -que no alcanza al millar-superan la
inicial expectativa del propio paraíso y la reflejan en el trajinar cotidiano,
en el Club Social y Deportivo Aguas Buenas; en su Colegio Secundario Aguas
Buenas, mientras procuran abrevar en los recuerdos. Son las pequeñas causas en
toda su intensidad, como las de Coronel Hilario Lagos, las que develan el
misterio de la heredad y lo proyectan.
Por Gladys Sago.-
TU COMENTARIO: Enviar por FACEBOOK a Raúl Horacio Mana
o bien
gringomana@ialvear.com --no se publicará ANÓNIMO
No hay comentarios :
Publicar un comentario