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domingo, 20 de enero de 2013



El capitán retirado pampeano Héctor Pedro Vergez, recientemente condenado a 23 años de prisión, reconoció participación en interrogatorios. En la misma nota mencionó que trabajó para Jorge Lanata.


El pampeano fue condenado por el secuestro y desaparición de Javier Coccoz y Julio Gallego Soto, y por el secuestro de la esposa del primero, Cristina Zamponi, dijo que ambos hombres fueron asesinados, señaló a sus presuntos ejecutores, y negó haber violado a la mujerVergez, alias "Gastón", alias "Vargas" negó rotundamente haber matado a Javier Coccoz, de 26 años, jefe de inteligencia interino del ERP, cuya captura en Lanús en abril de 1977 desencadenó lo que la inteligencia militar denominó “Operativo Redondo”.
En el curso de una entrevista exclusiva concedida a Télam en el penal de Marcos Paz, Vergez dijo que “al teniente Pancho (Coccoz) lo mató a mis espaldas (el teniente coronel Carlos) Vega Aciar el mismo día en que yo despedí en un avión hacia Europa a su mujer (Cristina Zamponi) y al pequeño hijo de ambos”, y añadió que “Vega Aciar lo mató por orden de (el general Jorge Ezequiel) Suárez Nelson”.
Ante la pregunta de por qué no lo dijo durante el juicio, Vergez respondió que sus abogados, defensores oficiales, no lo defendieron como correspondía porque “estaban absolutamente convencidos de que sería condenado”.
Verges repite que había llegado a un acuerdo con Coccoz, con quien supuestamente mantuvo tres reuniones, al cabo de las cuales llegó a un acuerdo que incluía que su mujer y su hijo salieran hacia Europa, y que a él se lo dejara salir hacia Brasil.
En este sentido, negó haber violado a Cristina Zamponi como ella denunció a la hora de declarar por teleconferencia desde Barcelona, dónde vive.
Asimismo, Vergez aseguró que ni él ni Coccoz tuvieron nada que ver con el secuestro y desaparición de (el funcionario del Ministerio de Economía) Juan Carlos Casariego del Bel, y que “(el juez federal Norberto) Oyarbide me lo endilga a mí (su secuestro) porque no sabe a quien endílgarselo o, peor todavía, porque si no me lo endilgara a mí debería endilgárselo a (Guillermo Walter) Klein (secretario de Programación Económica y mano derecha del ministro José Martínez de Hoz)”.
Sobre el secuestro de Gallego Soto, contó que "en junio de 1977 yo hacia lo que quería, nadie me decía nada. Suárez Nelson, que era mi jefe, me entregó una carpeta con todos los datos de Gallego Soto y me pidió que lo investigara. Así lo hice y le informé a Suárez Nelson que no había nada que hacer con el tipo, que era peronista, que había sido íntimo de Perón, que estaba limpio”.
“Entonces –continuó diciendo– Suárez Nelson me dijo que (el general Ramón Genaro) Díaz Bessone (que había sido ministro de Planeamiento de la dictadura) había ordenado que lo mataran, por lo que debíamos secuestrarlo y matarlo sin interrogarlo”, y asegura que se negó a cumplir esa orden: “No soy sicario de Díaz Bessone, le dije a Suárez Nelson".
Vergez le dijo a Télam que Díaz Bessone mandó matar a Gallego Soto por lo que éste sabía del “secuestro de los (empresarios Federico) Gutheim (y Miguel Ernesto Gutheim, padre e hijo, en 1976) por orden de Martínez de Hoz”, y que el ejecutor de la orden fue un teniente coronel retirado (que entonces sería capitán), Enrique Mónico López Ascárate.
Lanata. Vergez dijo que en los años noventa, después de publicar el libro ‘Soy Vargas’ (uno de los alias que utilizaba para cometer sus tropelías) fue convocado por el periodista Jorge Lanata.
“Trabajé directamente para Lanata, que me llamaba por teléfono para pedirme investigaciones e incluso algún reportaje bastante liviano”, relató, y luego detalló que “lo que más le interesó fue una investigación que hice sobre un director de ATC que en su momento había puesto Menem, uno flaco alto, pero ahora mismo no recuerdo su nombre”, refiriéndose probablemente a Horacio Frega, presidente de la emisora a fines de esa década, con quien Lanata tuvo varios entredichos en aquel entonces.
El capitán retirado, reconoció un poco molesto que el actual conductor estrella del Grupo Clarín lo mantenía “oculto” y que nunca blanqueó la relación que mantenían. En cambio, se refirió cariñosamente a otra figura del periodismo, Samuel Gelblung, para el que también trabajó.
“Chiche fue más noble que Lanata, porque me tenía como panelista” en su programa de TV de aquellos años, recordó.
En otro pasaje de la entrevista, Vergez contó como fueron los entretelones de la venta de los archivos del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, supuestamente adquiridos por el ex presidente Carlos Saúl Menem durante su segundo mandado, en 250.000 dólares.
“La negociación, que estuvo a cargo de (Juan Bautista) ‘Tata’ Yofre y Fabián Doman, terminó bien”, reveló, volviendo sobre sus conocimientos sobre las actividades “poco conocidas” de algunos periodistas.
“Menem le pagó 250.000 dólares a (el general de brigada retirado Jorge Ezequiel) Suárez Nelson. Podés preguntárselo al propio Menem. Decile que yo te lo dije”, le dijo Vergez a Télam.
Suárez Nelson, a quien Vergez señaló como quien fuera su jefe directo en la inteligencia militar y que llegó a jefe del referido Batallón de Inteligencia 601 (con sede en un hoy abandonado edificio de la avenida Callao y Viamonte) falleció el 17 de octubre de 2008.
Vergez, está acusado de ser un asesino serial (de las familias Pujadas y Vaca Narvaja, de estudiantes bolivianos, etc.) antes y después del golpe de estado cívico-militar de marzo de 1976.
Antes del golpe, fue uno de los fundadores y jefes del “Comando Libertadores de América”, versión cordobesa de la Triple A. Después del 24 de marzo fue jefe del campo de concentración y exterminio “La Perla”, en las afueras de la ciudad de Córdoba.
Por lo primero todavía no fue juzgado, y está siéndolo por lo segundo, pero ya ha sido condenado a 23 años de prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos posteriormente en área del Primer Cuerpo de Ejército y particularmente por lo que la inteligencia militar denominó “Operativo Redondo”.
Fue a partir de este juicio, recientemente concluido, que surgió el interés por los esfumados archivos de la inteligencia militar, archivos que contienen, entre otras cosas, los dichos de centenares sino miles de detenidos-desaparecidos, por lo general obtenidos bajo tortura.
El interés en los mencionados archivos surgió, más precisamente, por la aparición de las transcripciones de los supuestos interrogatorios hechos por la inteligencia del Ejército al contador Julio Gallego Soto –quien había sido un estrecho colaborador de Juan Perón– y a Rafael Perrota, director del diario “El Cronista”. Ambos permanecen desaparecidos.
Vergez, que fue condenado por el secuestro de Gallego Soto y por el del jefe interino de la inteligencia del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) Javier Coccoz, también desaparecido, a 23 años de prisión, negó haberlos asesinado y señaló a sus presuntos victimarios (ver recuadro).
Finalmente, consultado sobre si siente algún tipo de arrepentimiento, afirmó “soy militar, nos prepararon para matar. En una guerra se mata y se muere. Cuando matás al primero es un shock. Después es menos duro”, concluyó. (Plan B Noticias).


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