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domingo, 21 de octubre de 2012

 

¡ FELICITACIONES BANDERALO..LEO LES PERTENECE!


Leonardo Soria, la voz del Partido
de General Villegas
¡Toro en su rodeo y torazo en rodeo ajeno! 

Es el ganador de Talentos Musicales II, y con sólo 12 años se presenta como una promesa del canto.




Leo tiene un enorme caudal. Una voz potente y, según su profesor, con un amplio registro. Sus cuerdas vocales hacen maravillas y sus ganas de aprender mucho más. Comenzó cantando frente al televisor y en presentaciones familiares. El año pasado incursionó en el concurso "Buscando a los talentos musicales del Partido" y repitió este año, donde explotó y fue condecorado con el primer premio en "Solista Melódico". Allí fue elegido por encima de hombres y mujeres que lo doblaban en edad. De un año a otro no sólo maduró en años sino en formación, ya que se prepara en clases de canto con Ariel Mackay.
Todos los martes los padres de Leo encuentran la manera de traerlo de Banderaló, algunas veces fue en auto y cuando no, en moto. Un niño, su profesor y una familia apoyando un sueño. Charlamos con todos ellos.
Leo, ¿cuántos años tienes?
Doce?
¿Y te acordás por qué persona, artista o canción llegaste a la música?
Sí, por el Chaqueño Palavecino. Desde chico lo escuchaba cantar en la radio.
¿Y a qué edad lo empezaste a seguir?
A los ocho o nueve años ya lo seguía cantando esa canción que dice "en tu boca mordí la manzana carmín del deseo y la tentación, pero no imaginé que evitando la ley, en la trampa caería yo. Puras leyes, puras trampas, inventamos el amor y seguimos delante de corazón a corazón". (Leo canta y estalla la sala de ensayo).
Su papá, Daniel, nos cuenta cómo comenzó todo: "Yo lo grababa siempre con un celular chiquito, se ponía contra una pared y cantaba. Y después le decía a mi mujer ´Leo va a ser cantante´ y ella me miraba y me decía ´¡Vos estás loco!´, porque él tenía unos seis años. Yo llegaba del campo y él capaz que agarraba un tenedor y una cuchara de micrófono y se ponía cantar. Tenía montones de temas de él grabados ¡hasta que un novillo me pisó el teléfono en el campo y perdí todo!
Daniel, ¿cuándo lo empezaste a escuchar?
Cantaba frente a la tele y miraba programas folklóricos así que pensamos que iba para ese lado, no para melódico.
"También cantaba canciones de las novelas mexicanas", agrega su mamá, Paola. Los tres, más su hermanito, lo acompañan en la clase de canto. En su casa tiene un equipo de música con micrófono y siempre deleitó a su familia con su voz. "Durante dos o tres años estuvo así, cantando en la casa de sus abuelos, en los cumpleaños", dice Daniel.
"Yo elegía las canciones que quería cantar y las buscábamos por internet", agrega Leo, que está en tránsito de la niñez a adolescencia, es medido en sus palabras y tiene un carisma que enternece. El Chaqueño Palavecino, David Bisbal, Cristian Castro siempre están entre sus elegidos.
Hasta hace un tiempo Leo cantaba para su familia y sus íntimos y los escenarios eran solo una fantasía. Sin embargo llegó al público con la primera edición de Buscando Talentos, en 2011. Sus padres recuerdan que lo hizo sin ningún tipo de preparación pero les sirvió para conocer gente y escuchar recomendaciones para que Leo educara su voz. Y así llegaron a Moreno 678, al estudio de Ariel Mackay.
"El año pasado escuchamos en Talento a una chica que cantaba muy bien y le preguntamos con quién había estudiado, y ellas nos contó sobre Ariel. Dimos muchas vueltas para traerlo porque por nuestra economía no se podía, pero queríamos que empiece. Arrancó en la Dirección de Cultura y después llegábamos a Ariel", cuenta su mamá.
El viaje es otra parte de la historia. Los Soria viven en Banderaló y al menos una vez por semana lo traen en moto o en auto para que tome sus clases. "A veces se complica un poco, porque no siempre estamos bien económicamente, pero Ariel nos da una mano tremenda", dice Daniel.
Ariel, ¿cómo fueron aquellas primeras clases?
Yo no lo conocía y apareció como un alumno más de tantos que tengo. Siempre la primera clase no empiezo directamente con la técnica vocal sino que investigo un poco de la persona, su formación, su educación y los hago cantar para ver qué saben hacer dentro de la música. Y de lo que percibo en un comienzo inicio mi trabajo. En este caso me llevé una sorpresa increíble porque le pedí que cante y salió con algo de cuarteto y folklore y me sorprendió el registro y su afinación natural. Además me asombró mucho la rítmica que tenía para cantar y que tiene que ver con el tiempo real que a los doce o trece años por ahí no se encuentra. Y lo que más poderosamente me llamó la atención es que en dos o tres clases de educación vocal hizo un cambio de 200 %.
Simplemente trabajamos en aflojar un poco los brazos y la mandíbula, para los movimientos apertura. Así que trabajamos primero el cuerpo más que el sonido propiamente dicho. Vi que había una tensión y que bloqueaba el sonido, el aire, la respiración porque, por ejemplo, cantaba con los puños cerrados y los brazos rígidos.
Después sí empezamos con la vocalización y comenzaron a salir unos sonidos espectaculares. Además cantaba dos o tres tonos más arriba, más agudo. El repertorio es muy importante a la hora de que el cantante muestre su potencial vocal, hay que saber elegir muy bien las canciones. Y él tiene un registro muy amplio así que ahí pensé ¡van a tener que cantar mucho para superarlo! Cuando cantó en las semifinales fue una ovación y me emocionó muchísimo.
El gran show
Leo fue religiosamente a las clases y antes de cada presentación en Talentos Musicales II se preparó junto a su profesor para templar su voz, haciendo una vocalización tal como hacen todos los profesionales del canto. "Yo soy muy obsesivo con todo lo que es preparación de la voz, lo he sido conmigo en mi carrera y lo mismo cuando veo gente con mucho talento como Leo. Previo a la presentación vino dos o tres veces por semana. Me entusiasmo mucho cuando hay apoyo de los padres y deseos y ganas del alumno."
En su categoría " Melódicos" compitió contra otros 27 solistas, de ambos sexos y de todas la edades. Cantó "Herederos", de David Bisbal, "Volver a amar", "Por amar así", "Nunca voy a olvidarte", de Cristian Castro; y "Solo me importas tú", Franco De Vita. Son canciones que exigen y el jurado mira cómo uno resuelve esa problemática que presenta la canción", explica Ariel.
Charlamos con Leo sobre los nervios de esos primeros shows, de estar frente a un público, de sus sensaciones al competir con gente más grande. Debajo del escenario Leo es callado. "Cantar y estar con tanta gente le hace bien, porque es muy tímido", dice su mamá. "El público me alentaba cuando cantaba y eso me daba más confianza", se anima Leo, antes de contarnos que su sueño es llegar a cantar como Cristian Castro.
Por eso, se toma muy en serio el estudio de canto y sigue los consejos de su profe. "El canto no es solamente vocalización, hay un trabajo de investigación de conocimiento, de ponerse a estudiar cantantes, leer poesía, textos. A la canción hay que leerla mucho para poder interpretarla. Si no queda como una repetición. Entonces lo que hacemos con todos los alumnos es leer muchos las canciones. Y a veces les pasa que algo que les gustaba ya no les gusta tanto porque se dan cuenta de lo que dice. Y hay que involucrarse mucho. A mí también me pasaba eso cuando estaba en el conservatorio y no me gustaba mucho leer canciones. Pero cuando me empecé a meterme en lo textual me di cuenta que genera un imán con la gente, porque uno lo sabe decir de otra manera. Y por medio de eso uno va descubriendo otros autores.
Ariel, ¿cómo es trabajar con niños?
Es complejo porque vienen con un timbre aniñado, propio de su edad. Pero hay casos como Leo que tiene doce años pero una afinación y rítmica muy marcada. Por eso Leo es música en toda su contextura. La única dificultad que se presenta en los niños es un desarrollo con el cambio de voz. Les pasa a todos los cantantes, como Abel Pintos, que tuvo que parar y dejar de cantar un año porque le bajó el registro. Es algo natural. Por eso seguimos estudiando, vamos a ver la posibilidad de que grabe y de que participe en escenarios para que se pueda desarrollar en el ámbito artístico. Implica estudio, vocalizar, concentración, leer, la estética, la parte artística, porque todo ese desarrollo hace a que cuando uno se plante arriba del escenario pase algo.( Gentileza Diario Actualidad).
 
 
 
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